Me encantan las albóndigas, pero odio hacerlas porque pierdes un montón de tiempo dando forma a las bolitas y enharinándolas. Encima dejas la cocina hecha un desastre al freírlas. Así que un día me dije, ¿y si no las paso por harina?, y después pensé... ¿y si tampoco las frío?. Y eso hice, el resultado fueron unas albóndigas menos redonditas, y ya, por lo demás son exactamente iguales. Las ventajas son que se hacen en un momento y que no ensucias porque se hacen en la bandeja del horno sobre un papel vegetal (vale, la bandeja la tendrás que fregar pero nada que ver con lo otro).
En otro ataque de inspiración de las musas cocineras se me ocurrió hacerlas de pollo con una salsita de calabaza (a ver cómo consigues si no que los "haters" de las verduras que tengo en casa se coman un trozo de calabaza...). Era la época en que había descubierto unas especias marroquís que se llaman ras el hanout y vi que combinaban muy bien con la calabaza. El ras el hanout es una mezcla de especias que suele llevar pimienta negra, comino, cardamomo, nuez moscada, canela, pimentón, etc.... Puede variar bastante. No la venden en cualquier sitio, las podéis encontrar en las carnicerías o tiendas árabes o en los puestecitos de especias de los mercados. A mi me encantan las especias y me gusta mucho jugar con ellas. Las compro en el Mercado de l'Olivar, aquí en Palma, en una tienda que tienen muchísimas. Intento ir probando diferentes especias porque te pueden cambiar totalmente el sentido del plato.
Si no encontrais ras el hanout podeis ponerle curry, que también combina con el pollo y la calabaza perfectamente, o intentar hacer la mezcla de ras el hanout vosotros mismos.
Propiedades de la calabaza
Vitaminas: Contiene vitamina A (protege la vista) y C (estimula las defensas) principalmente.
También contiene de los grupo B y E (acido fólico, entre otras, muy conveniente para embarazadas).
Minerales: potasio, calcio, magnesio, hierro, etc...También es muy rica en betacaroteno, como las zanahorias.
Es expectorante, por lo que es buenísimo consumirla en otoño e invierno (la naturaleza es sabia, es precisamente cuando se cosechan). También recula el azucar en sangre y protege el estómago del exceso de acidez y gastritis. Tiene propiedades desinflamatorias por lo que está recomendad para las personas que padecen asma (inflamación de las vías respiratorias) y artritis (inflamación de las articulaciones).
Propiedades del ras el hanout
A veces nos olvidamos que las especias no sólo dan sabor sino que pueden sernos muy beneficiosas. Esta mezcla en concreto es un gran antioxidante, nos ayuda a hacer la digestión, y elimina los gases. Si lo combinamos con la calabaza tenemos un plato ideal para los estómagos delicados.
Ingredientes
Para las albóndigas:
700 gr de carne picada de pollo
2 rebanadas de pan de molde remojado en leche
Media cebolla pequeña
1 huevo
Para la salsa:
250 gr de calabaza
Una cebolla pequeña
Un tomate pequeño rallado
2 cucharaditas de ras el hanout
1 cucharadita de tomate concentrado (opcional)
1 ajo pelado
Un poco de vino blanco
200 gr de agua
Unas hojas de albahaca para adornar
Preparación
Para hacer las albóndigas mezclamos en un bol grande la carne picada, el pan lo más deshecho posible, la media cebolla picada, el huevo, sal y un poco de pimienta. Cogemos dos cucharas soperas y vamos formando las albóndigas intentando que salgan redonditas. Las ponemos en una bandeja de horno sobre papel vegetal. Con estas medidas os dará para una bandeja de horno llena. Metemos la bandeja en el horno a 180 grados y las sacamos cuando empiecen a estar doradas.
Para la salsa picamos la cebolla y pochamos en una cacerola junto con el ajo (yo uso una tipo cocotte grande que va muy bien para los guisos y estofados). Cuando la cebolla empieza a estar transparente incorporamos la calabaza cortada en dados y sofreimos a fuego medio hasta que esté medio hecha. Añadimos el vino blanco y dejamos que se evapore un poco, ponemos el agua (200 gr es un vaso de agua de tamaño medio), el tomate, el ras el hanout (en casa nos gustan bastante las especias y las pongo sin miedo, aconsejo poner sólo una cucharadita e ir añadiendo si os gusta más fuerte) y la sal. Dejamos hervir hasta que la calabaza está hecha del todo, trituramos todo con una batidora en la misma cacerola y añadimos las albóndigas. Dejamos que se haga todo junto a fuego lento unos 15 minutos.
Servimos con la albahaca por encima y acompañadas de arroz, cus cus o quinoa. La ventaja de estos acompañamientos es que al ser pequeños se mezclan con la salsa (que no es más que un puré camuflado) y se lo comen todo sin problema.
Resultado
Para las albóndigas:
700 gr de carne picada de pollo
2 rebanadas de pan de molde remojado en leche
Media cebolla pequeña
1 huevo
Para la salsa:
250 gr de calabaza
Una cebolla pequeña
Un tomate pequeño rallado
2 cucharaditas de ras el hanout
1 cucharadita de tomate concentrado (opcional)
1 ajo pelado
Un poco de vino blanco
200 gr de agua
Unas hojas de albahaca para adornar
Preparación
Para hacer las albóndigas mezclamos en un bol grande la carne picada, el pan lo más deshecho posible, la media cebolla picada, el huevo, sal y un poco de pimienta. Cogemos dos cucharas soperas y vamos formando las albóndigas intentando que salgan redonditas. Las ponemos en una bandeja de horno sobre papel vegetal. Con estas medidas os dará para una bandeja de horno llena. Metemos la bandeja en el horno a 180 grados y las sacamos cuando empiecen a estar doradas.
Para la salsa picamos la cebolla y pochamos en una cacerola junto con el ajo (yo uso una tipo cocotte grande que va muy bien para los guisos y estofados). Cuando la cebolla empieza a estar transparente incorporamos la calabaza cortada en dados y sofreimos a fuego medio hasta que esté medio hecha. Añadimos el vino blanco y dejamos que se evapore un poco, ponemos el agua (200 gr es un vaso de agua de tamaño medio), el tomate, el ras el hanout (en casa nos gustan bastante las especias y las pongo sin miedo, aconsejo poner sólo una cucharadita e ir añadiendo si os gusta más fuerte) y la sal. Dejamos hervir hasta que la calabaza está hecha del todo, trituramos todo con una batidora en la misma cacerola y añadimos las albóndigas. Dejamos que se haga todo junto a fuego lento unos 15 minutos.
Servimos con la albahaca por encima y acompañadas de arroz, cus cus o quinoa. La ventaja de estos acompañamientos es que al ser pequeños se mezclan con la salsa (que no es más que un puré camuflado) y se lo comen todo sin problema.
Resultado
Como podéis comprobar con el resultado este es uno de los platos estrella en mi casa, éxito total. El pequeño se las comió para cenar y también le encantaron.


